Sustento del cielo
¿Por qué estás lejos, oh Jehová y te escondes en el tiempo de la tribulación?. ¿Hasta cuándo Jehová me olvidarás para siempre y esconderás tu rostro de mi?...
Cuántas veces he escuchado a gente decir que no tiene quien los escuche, que se sienten solos y sin apoyo, que se quejan de su vida sin sentido y triste. Si uno observa las historias de la Biblia se encuentra con muchas personas que pensaron igual, que sintieron que Dios los abandonó, sobre todo cuando más lo necesitaron, puesto que no lo sintieron o no vieron una respuesta inmediata a sus problemas.
Hay promesas que tratan sobre la omnipresencia de Dios y su sustento, y que somos nosotros quienes tenemos que buscarlo. ¿Cuánto hay de cierto en esto?. Podemos seguir observando en la Biblia y ver que aquellas personas que en determinado momento se sintieron abandonadas por Dios y sus amigos, al clamar y buscar la presencia de Dios la encontraron, tal como dice su palabra en Jeremías 33:3 "Clama a mi y yo te responderé" o "El que busca haya, el que pide recibirá y al que toca se le abrirá".
Este mensaje es para todas aquellas personas que en algún momento de sus vidas se han sentido solas, desfallecidas, sin ánimo de andar y continuar, y no han visto cumplida esa promesa de Dios respecto al sustento divino, a todas ellas les quiero decir que no siempre lo que parece ser, lo es, que ese silencio que a veces frecuentamos sentir no es más que el amor de Dios obrando en nuestras vidas, con propósitos tan grandes y altos para nuestra capacidad humana que no podemos verlos, sentirlos y por ende entenderlos. ¿Quién dijo que Dios no se inmuta ante nuestro dolor?, ¿qué padre no siente dolor al ver su hijo sufrir y verlo sumergido en tal angustia como para llegar compararlo con un pozo cenajoso? Ninguno, con mayor razón Dios, nuestro padre celestial tiene que aguantar como aquel padre que lleva a su hijo enfermo al médico y tiene que verlo sufrir por el dolor de la aguja, pero que sabe lo hará mejorar; así mismo Dios, permite que nos duela por un momento para luego mejorarnos y entregarnos algo mejor, es él quien nos dá vida y nos levanta de los abismos de la tierra, poniéndonos un cántico nuevo en nuestros labios luego de la tribulación y/o pozo de angustia y desesperación.
¿Por qué te abates oh alma mia y te turbas dentro de mi? Espera en Dios, porque aún he de alabarle". "Si no me ayudara Jehová pronto moriría mi alma en el silencio. Cuando yo decía: mi pie resbala, tu misericordia oh Jehová, me sustentaba"."Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos"
Ya saben, sólo depende de uds buscarle y esperar en él. Lean Salmos y aliméntense de aquellas palabras y testimonios que los ayudará tanto como lo hicieron y siguen haciendo conmigo y muchas otras personas.
Bendiciones