martes, 31 de octubre de 2006

Ups

He decidido llamar este escrito así, por el simple hecho de que nuestras actitudes "sin quererlo muchas veces" perjudican a personas a nuestro alrededor. Esto no tiene nada de nuevo, al contrario, yo creo que todos hemos sido víctimas o victimarios alguna vez, pero qué sería de nosotros si intentáramos dar en el gusto a todos, qué sería, -hago nuevamente la pregunta-, si nosotros, con tal de quedar bien con el resto, nos quebráramos la cabeza intentando por aquí y por allá quedar bien ante ellos, que somos neutros y estamos de ambos bandos si es que los existen.
He leído textos como el miedo a la libertad por ejemplo, que tratan sobre el miedo que tiene el hombre a ser él mismo, que por temor a ser mirado mal, a ser rechazado por los demás y a no encajar en un sistema o grupo de personas, y con tal de no quedarse solo, es capaz de hacer lo que anteriormente cuestionaba: no ser él, depender de los demás, fingiendo muchas veces ser alguien que no es, o que lo es, pero que a veces no puede no evitar quedar mal frente a algunos; y he aquí la razón de mi escribir; no lo digo sólo por mi, es algo que a todos nos ocurre y que a veces nos saca de quicio, haciéndonos dejar todo de lado con tal de hacer algo que queremos, quedando mal querámoslo o no. Y es que a veces - como decía anteriormente- no se puede evitar, es algo que si quieres una cosa, tienes que pagar el precio por otra y así, no puedes no disfrutar tu vida por darle en el gusto y caerle bien a todos, (no digo con esto que no nos importe lo que hagamos con el resto, si les herimos o no), se trata del siemple hecho de que así es la vida y no existe la persona que no haga esto alguna vez > el que esté libre de pecado que lanze la primera piedra como dice un versículo Bíblico<. Yo no soy libre de culpa, y pido perdón si he causado heridas, como también perdono a los que por a, b o c motivos también me las han provocado, y este ciclo se repite a lo largo de nuestras vidas...

sábado, 28 de octubre de 2006

Ansias


Estar sin ti es un pensar constante
es un escarbar en mi corazón, en busca de una salida al tormento que está sometido
Es mirar entre la gente para ver tu reflejo
Es un continuo pensar en ti, que no cesa pesa a las horas
Es algo así como un sediento en el desierto
como una madre desesperada en busca de su hijo perdido
Los minutos avanzan y tu recuerdo se hace presente en cada uno de ellos
desde mis actividades habituales pienso en ti

Tu ausencia, mi fiel compañera, me alienta a seguir
Tu recuerdo me acaricia y me consuela, como aquellos espejismos que el sediento ve nacer
Expresado en otros términos tengo ansias de verte
ansias de tocarte
ansias de sentirte
ansias de tenerte entre mis brazos
ansias de besarte
ansias de amarte
tengo ansias de ti

miércoles, 25 de octubre de 2006

Sentimientos

No es que quiera hacerlo
su mente podría decirle lo contrario, pero no saca nada con engañarse
puede engañar a los demás, y lo hace
pero el asunto va en su interior, tan clavado como se pueda imaginar.
Es un punzar constante, que atormenta y se disfraza en momentos de felicidad
pero permanece ahí, tan firme, tan cegado y hermético como la realidad misma lo es.
Quiere escapar, y a veces lo hace, pero no logra despojarse de aquellas cadenas
cayendo una vez más en el círculo vicioso que muchos se encuentran.
Sabe que si no lo abandona pronto aumentará de forma y tamaño y traerá las consecuencias que sabe se aproximan.
No necesita ayuda, ya cuenta con la suya; y el tiempo avanza y con ella los minutos se rien y burlan de lo que no quiere que llegue.
No!, se repite una y otra vez y ahí está, en esa lucha constante, diaria.

miércoles, 18 de octubre de 2006

Sucede

Sucede que a veces me canso de luchar
Sucede que a veces pareciera ser el único y prefiero ser del montón
Sucede que en un instante estás arriba y el próximo abajo
Sucede que muchas veces en vez de luchar por lo que realmente vale
te dejas dominar por fuerzas que son menores
Sucede que entonces se enciende una chispa en tu interior
y una voz interna te dice que debes continuar
Sucede que enseguida el destino te juega una mala pasada y te pone a prueba
y si esa llama no arde en ti vuelves a caer, como lo has hecho veces anteriores
y te dejas dominar otra vez por esas fuerzas que parecen tomar fuerza
Pero algo en tu interior continua
y sucede entonces que te vuelves a parar y te encuentras disfrutando otra vez de lo alto
y asi nos pasamos la vida
y así la historia se desenvuelve
con sus mismos errores, con sus mismos sobresaltos,
con sus mismas alegrías.

sábado, 14 de octubre de 2006

Sensaciones


Un temblor recorrió su cuerpo,
sus piernas que antes eran de una firmeza madera ahora se habían convertido en un trepidar profuso.
Su estómago, que en un principio se encontraba inerme, ahora jugaba al vaivén que producía el balancín de emociones internas.
Un tenue sudor, su corazón disparatado y su respiración agitada: todo hacía indicar que se encontraba en presencia del ser que amaba.
Sin saber qué decir lo miró a los ojos penetrantes; su cuerpo febril, y sus movimientos un tanto lerdos le hicieron actuar con reticencia.
Por un momento sintió desvanecer, pero mantuvo la compostura.
Su cuerpo suspendido en la flacidez que producía aquel joven gallardo iba más allá de lo que podía explicar. No era primera vez que le pasaba; cada vez que lo veía un escalofrío la recorría entera, llegando hasta las vías más recónditas de su lozano cuerpo.
Quería estallar, su rostro había adquirido otro color, su piel se había vuelto más tersa y sonrisas por doquier venían del parque de diversiones de su interior.
El mundo que los rodeaba se había reducido a la imagen de ellos, ahora él era el centro de la atención pasando todo lo demás a segundo plano.
Envueltos en ese ambiente de amor y mocedad, el tiempo corría y el reloj intentaba alcanzarlo, queriendo de este modo burlar la ley de la relatividad, mas fracasaba, y con ello el ciclo no cesaba.
La fiesta quería continuar, pero debía dejarlo ir. Ya es tarde, el reloj se ha cansado y es hora de despedirse.
Se va.

sábado, 7 de octubre de 2006

Hombre Misterioso

Hace un tiempo atrás, cuenta la historia,
que un día cotidiano, en una hora cotidiana
se topó con un desconocido.
Con el tiempo su rostro se volvió familiar,
llegó a conocerlo, a frecuentar sus lugares,
a observarlo sumergido en su misterio que llamó su atención
tanto así, que llegó a indagar más de él.
Debo conocerlo- se dijo.
No recuerda el día y la hora específica cuando llegó a él,
pero agradece a Dios el haberlo puesto en su camino.
Arriesgándose a lo peor comenzó su búsqueda;
constructor de mundos buscó entre fábricas y obreros,
continuó su búsqueda por lugares irredentos, por planos de arquitectos, hasta encontrar entre revistas un recetario que contenía los ingredientes de aquellas fórmulas mágicas, desde las cuales aprendió.
Ahora comprende que no ha sido una simple casualidad del destino el motivo de su unión.
No fue cosa del momento. Debió atravesar áridos desiertos y valles de espinos, de espejismos agridulces.
Aquel hombre misterioso, de cabellera dispersa había cautivado ya su corazón, y su vida sufría los entierros de aquellas espinas del camino que tarde o temprano llegarían.
De pronto su vida se torna de color diferente, la primavera había llegado y con ella su corazón se abría paso a nuevas y hermosas experiencias, que sólo en aquellos espejismos divisados y en el cuento de hadas más hermoso se realizan.
Oh! pero qué dichosa es,
una ventana de lo alto se abre, de la cual se desprenden rayos luminosos que evocan un loar que poco se escucha por el asombro,
su corazón gime en su ausencia
y salta de alegría cuando lo ve.
Qué anecdótica historia de amor
la que el destino ha escogido para hoy.

jueves, 5 de octubre de 2006

Hambre de Piel


Miradas furtivas, de encuentros casuales. Un ambiente dispuesto a ser escenario de lo que sería el mayor de los encuentros.
Deseosos de unión, amor, pasión, de cambiar el destino pero aun sabiéndolo dejándolo pasar, para que aquella experiencia negándola, se hiciese ansiosa pero placentera.
Lo comunicaban sus poros, el olor de sus pensamientos, todo se traducía en una angustiosa espera que resultaba ser excelente remedio para su hambre de verse, de contacto físico del uno con el otro, de sentirse y encontrarse en un profundo beso, de acariciarse en las regiones no antes exploradas y de experimentar sensaciones no antes vivenciadas.

lunes, 2 de octubre de 2006

Entre mi pasión y tus atrios



Una punzada en su corazón la atormentó desde aquel momento. Su alma no podía concebir tanto dolor frente a aquella situación. Su respiración de pronto se tornaba angustiosa, agotándole las pocas fuerzas que le quedaban.
Un suspiro asoma de entre su interior; colmada ya de tanta aflicción sintió deseos de llorar, pero su orgullo peleaba contra la fragilidad de su mente. Su interior gemía lo que acababa de negar, como aquella vez que no había podido hacerlo. Mas ahora estaba desde el otro bando, venciendo las guerras espirituales más grandes que se pueden experimentar.
Quería gritar, sí; el cielo se tornó su pisar y su corazón la habitación del tormento que la acompañó durante meses, pasando a ser su tercer nombre, y aun su cuarto y quinto. Lo cargó durante tanto tiempo como su corazón pudo. Si tan sólo pudiese cambiar el destino y hacer de aquello un sueño hecho realidad!. Pero no, y vuelve el punzar a su corazón.
Rodeada de pensamientos lucha con el gemir intenso de su alma, donde su espíritu clama inconcientemente ser librada de esa angustia a la que está sometida.
Qué absurdo y necio de su parte- pensaba, echar a perder todo por nada...o tal vez sí, pero dejarse llevar por aquella temporalidad que ahora negaba era algo que merecía respeto, y esa congoja que la inundaba debía sanar. Cuándo? El tiempo lo dirá. Mientras tanto lo único que repite es "Señor, ayúdame" y el anhelado sueño que no pudo cumplir.